Una de las cosas que he aprendido en esta vida es que no hay verdades absolutas y que todo es relativo. Hace algunos años pensaba que incluir en el video de la boda la historia de los novios con las “entrevistas” era algo externo, algo que no pertenecía a la boda y que suponía manipular la realidad. Y hoy por hoy lo considero fundamental en el montaje de mis videos.
Me ayuda mucho a hacer crecer la historia narrativamente y a que los videos no sean una mera consecución de imágenes más o menos bonitas con música de fondo.
Es verdad que en todos estos años he ido puliendo algunos aspectos, quitando otros o añadiendo recursos narrativos y estéticos. Si no fuera así me aburriría con mi trabajo. Pero las “entrevistas” me parece el más importante de los cambios.
Recuerdo que en mi primer encuentro con Mario y Alicia, Mario me dijo que tenía muchas ganas de ver cómo contaba su historia. Me sorprendió, y me gustó porque aún faltaba más de un año para el día de la boda. Durante ese tiempo ni ellos ni yo imaginábamos todos los cambios que encontrarían en su vida. Algunos muy buenos y otros muy malos que les han hecho crecer como personas. Durante ese tiempo su historia evolucionó, sus prioridades cambiaron y el video ya no iba a ser igual al que imaginé en aquella primera reunión en la que recuerdo que me contaron cómo sus abuelos habían sido vecinos y habían tenido muy buena relación, y que cuando se conocieron ellos dos no lo sabían… En aquel momento me pareció que el vídeo se apoyaría en esa historia.
Mario y Alicia se casaron en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), en El Ventorro de Las Cabañas en una boda civil muy especial. Especial por los sentimientos y las emociones que estaban a flor de piel por un acontecimiento bastante duro que habían sufrido en meses anteriores. Pero no fue una boda triste, fue una boda alegre porque Mario y Alicia son optimistas, vitalistas, les gusta disfrutar de todo aquello que la vida les ofrece y eso me gusta.
Siempre digo que con testimonio del novio y de la novia aprendo algo, por pequeño que sea, siempre aprendo algo de su visión de la vida. En el caso de Mario y Alicia me gustó muchísimo la manera en la que él hablaba de su futura hija. Yo, que soy padre, nunca imaginé cómo me iba a cambiar la vida, pero Mario sí, Mario era perfectamente consciente y su forma de explicarlo… me volvió loco y no podía dejar pasar esa oportunidad.
Carmen es la hija de Mario y Alicia y hoy es el centro de sus vidas.